Entre las dos orillas cubiertas de abundante vegetación discurre una gran extensión lacustre. En la orilla derecha y un tanto lejano se observa un pequeño cobertizo para albergar las aves que reposan sobre el agua o que invaden una destartalada barcaza varada entre los cañaverales. Frondosa arboleda al fondo a la izquierda compensada con otra arboleda, menos compacta a la derecha que, junto con el agua en que se ven reflejadas, van estableciendo líneas sinuosas de profundidad, en una marcada composición de volúmenes triangualres. Cielo cubierto de abundante y movida nubosidad, que predice efectos o acambios ambientales fugaces. Esta peculiar captación ambiental es muy recurrente en la última producción artística del pintor destacándose en la obra centrada en Holanda y el norte de Francia donde estos fenómenos atmosféricos se dan con relativa frecuencia. Depositado en el Congreso de los Diputados. Madrid (Gutiérrez Márquez, A., Carlos de Haes en el Museo del Prado 1826-1898, Madrid, 2002).